Todos sabemos la importancia de lavarse las manos. Una buena higiene de las manos ayuda a prevenir la transmisión de enfermedades y nos mantiene sanos. En Europa, alrededor del 80% de las personas se lavan las manos después de utilizar un baño público, y entre el 63 % y el 71 % se las secan, según una encuesta realizada por Katrin (disponible en inglés). Según la misma encuesta, cuando en los baños públicos existe la opción de elegir, la mayoría prefiere utilizar toallas de papel en lugar de los secadores de manos, pero, ¿son realmente la mejor opción?
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Higiene
En esta categoría, las toallas de papel presentan una clara ventaja. Un estudio realizado por la Universidad de Westminster (disponible en inglés) encontró al menos seis especies de bacterias intestinales en las corrientes de aire de los secadores. Los secadores de mano dispersan estos patógenos por el aire y por nuestras manos. Por otra parte, el European Tissue Symposium (artículo disponible en inglés) descubrió que los secadores de aire de alta potencia aumentan el porcentaje de bacterias en las manos entre un 42% y un 200%, mientras que las toallas de papel lo reducen hasta en un 77%.
Impacto medioambiental
Los secadores de manos pueden ser mejores para el medio ambiente, ya que no producen residuos, pero siguen consumiendo mucha energía. Un estudio de Environmental Research Management en Oxford (disponible en inglés) concluyó que los secadores de manos tienen una menor huella ecológica que el uso de toallas de papel, basándose en la suposición de que las personas utilizan dos toallas de papel cada vez que se secan. No obstante, los dispensadores de toallas de papel automáticos pueden ayudar a reducir los residuos, ya que proporcionan la cantidad adecuada. Además, los fabricantes de toallas de papel como Katrin están comprometidos con ser tan respetuosos con el medio ambiente como sea posible (página disponible en inglés) durante su proceso de producción y con abogar por la explotación forestal sostenible.
Eficacia
Para disfrutar de las ventajas sanitarias de lavarse las manos, debemos secarlas completamente, puesto que los gérmenes se expanden más rápidamente en las superficies húmedas. Con los secadores de aire caliente se tarda 30 segundos, mientras que los secadores por chorro son más rápidos. Sin embargo, debido a que se tarda más en secar las manos con los secadores que con las toallas de papel, las personas suelen irse con las manos mojadas. Las toallas de papel ofrecen una forma más rápida de secar las manos y, además, la fricción al usarlas ayuda a eliminar más gérmenes.
Coste
Saber cuál de los dos métodos es más caro depende del comportamiento de los usuarios y del número de personas que los usarían. Aunque las toallas de papel tienen que reponerse con frecuencia, comprar e instalar secadores eléctricos puede ser caro, sin contar con que tienen muchas piezas móviles que pueden necesitar reparaciones.
¿El ganador?
Con 10 millones de gérmenes viviendo en una mesa de trabajo cualquiera, la razón más importante por la que se seca las manos es, sin duda, evitar la transmisión de gérmenes. Aunque cada método tiene sus pros y sus contras, en última instancia, las toallas de papel tienen más beneficios y ventajas que los secadores de manos, ya que los usuarios las prefieren y son más higiénicas y eficaces. ¿De qué sirve que haya un secador de manos colgado en la pared si sus empleados evitan utilizarlo y, cuando lo hacen, no lo utilizan durante el tiempo necesario para que sea eficaz?
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