Las máquinas plastificadoras son perfectas para plastificar tus documentos y darles el mejor acabado. Son muy útiles a la hora de preservar documentos, fotografías y aquellos papeles que no quieres que se deterioren con el paso del tiempo. Contar con una máquina plastificadora en la oficina se ha convertido casi en un básico para proteger los documentos del desgaste, la humedad o cualquier enemigo del papel. Si trabajas con documentos importantes o fotografías, este accesorio es tu mejor aliado para protegerlos.
Tipos de plastificadoras según su uso
Existen plastificadoras domésticas y plastificadoras más profesionales. Las domésticas son de menor tamaño y cuentan con un rodillo caliente que une los bordes de las fundas de plástico. Para usar estas plastificadoras, la lámina de plástico debe ser un poco más grande que el documento o fotografía a plastificar. Estas máquinas son ideales si no necesitas plastificar documentos de manera frecuente, pues su tamaño compacto te permite guardarlas en cualquier armario.
Las plastificadoras de oficina son muy similares a las domésticas, con la diferencia de que suelen ser algo más grandes y rápidas. Están diseñadas para plastificar documentos de mayor tamaño y suelen ofrecer un mejor acabado. Estas máquinas son las indicadas para un uso frecuente. Por ejemplo, si trabajas con fichas técnicas, menús o carteles, estos se pueden deteriorar más rápidamente, por lo que necesitan estar bien protegidos.
Cómo elegir la plastificadora perfecta
A la hora de hacerte con una plastificadora, debes considerar el grosor y el tamaño de los documentos que vas a plastificar, además de la frecuencia con la que vas a darle uso. Por ejemplo, en el caso de una oficina pública donde se expidan documentos legales, es recomendable contar con una plastificadora de oficina que no se atasque y esté preparada para plastificar un gran volumen de documentos al día. Por lo general, al encender la máquina hay que esperar a que se caliente el rodillo antes de usarla. Además, algunas de estas máquinas detectan el grosor de la funda y selecciona el ajuste de plastificación más óptimo. De esta manera puedes plastificar todo tipo de documentos con una sola máquina, ya que no es lo mismo plastificar un folio que un papel fotográfico.
En cuanto a las fundas de plástico, debes escoger las más adecuadas de acuerdo al tipo de utilidad. El grosor de las fundas de mide en micras y puede variar entre 80 y 250 micras. Si vas a plastificar un documento para más tarde archivarlo o para mostrarlo en una presentación, una funda de menor grosor será suficiente.
Reducir texto